De Águilas a Asturias en vespa: IV Desafío Lagos de Covadonga 2014. 8ª Etapa: Ribadesella - Soria

Con esta crónica queremos compartir nuestra experiencia con los amantes de los viajes en vespa. En esta ocasión hemos recorrido 2.953 kms (ida y vuelta), partiendo de Águilas ( Murcia) hasta Ribadesella (Asturias), atravesando Albacete, Ciudad Real, Ávila, Toledo, Salamanca, Zamora, León, Cantabria y Asturias donde durante tres días realizamos nuestra particular “Travespera” por los Picos de Europa. Llegamos a Ribadesella el jueves 3 de julio para participar los días 4 y 5 en el IV Desafío Subida a los Lagos de Covadonga que, un año más, organizó el Vespa Club de Asturias. El domingo 6 de julio iniciamos la vuelta a Águilas, que transcurrió por las provincias de Asturias, Palencia, Burgos, Soria, Cuenca, Albacete y Murcia.

8ª Etapa: Ribadesella – Soria 

El domingo 6 de julio iniciamos la primera etapa de regreso a Águilas (Murcia). Nuestro primer destino sería Soria, y a las 9 de la mañana abandonamos Ribadesella bajo un fuerte “chaparrón”. Tomamos la A-8 en dirección Santander y llegamos a Unquera calados hasta los huesos. La lluvia era tan intensa que de nada sirvió el equipo de agua que nos cubría, de manera que no tuvimos más opción que parar en la citada localidad santanderina para cambiarnos la ropa mojada y protegernos con unas bolsas de plástico que por suerte llevávamos en el equipaje. Una vez solucionado el tema continuamos el viaje hacia Potes por la N-621. En Casa Cayo compramos unos bocatas y seguimos la marcha con rumbo a los municipios palentinos de Cervera de Pisuerga y Aguilar de Campoo. Durante ese trayecto era obligada una paradita en el mirador del Puerto de Piedrasluengas (1.355m). Desde allí se divisan una espectaculares vistas de Peña Labra y aprovechamos para hacer algunas fotos, aunque ni el tiempo ni la visivilidad eran propicios para disfrutar del paisaje.

Panorámica desde el mirador de Piedrasluengas

Al llegar a Aguilar de Campoo, famosa por su industria galletera, repostamos combustible y accedimos a la N-627 que nos condujo a Burgos, ciudad que pasamos de largo sobre las 4 de la tarde. La lluvia remitió un poco a la altura de Barbadillo del Mercado, en la N-234, y decidimos que era el momento de comer algo. Así lo hicimos en una “idílica” parada de autobús. Tras el “memorable” almuerzo-merienda solo restaban 90 kms para alcanzar nuestro destino: Soria.

Barbadillo del Mercado ( N-234)

Aún lloviendo, entramos a las 6:30 de la tarde en la Ciudad de los Poetas, que nos recibió con un intenso olor a azahar. Ya lo decía Machado en su poema "Recuerdos": ¡Oh Soria!, cuando miro los frescos naranjales cargados de perfume, y el campo enverdecido, abiertos los jazmines, maduros los trigales y el olivar florido... Para nosotros, sentir el aroma del azahar fue la mejor recompensa después de recorrer 430 kms bajo la mala influencia del temporal de agua que tuvimos que soportar durante todo el camino. Es lo que hay. En el norte ya se sabe...

Nidos de cigüeña. Típica estampa castellana

Con Gerardo Diego

Cuadrilla de Santa Catalina, una de las encargadas de organizar los Sanjuanes

Plaza Mayor, Soria

Fuente de los Leones en la Plaza Mayor 

 Típica calle medieval

Arco del Cuerno con la Casa de los Doce Linajes al fondo, sede del ayuntamiento

Calle Arco de los Condes de Gomara

Río Duero

Puente sobre el Duero

  Soria ha sido fuente de inspiración de poetas como Gustavo A. Becquer, Gerardo Diego o Antonio Machado, y nada mejor para despedirnos hasta el próximo capítulo que recordar estos hermosos versos que, entre tantos otros, dedicó el poeta sevillano a estas tierras castellanas.  

Campos de Soria

He vuelto a ver los álamos dorados,

álamos del camino en la ribera

del Duero entre San Polo y San Saturio,

tras las murallas viejas de Soria - barbacana

hacia Aragón, en castellana tierra -

Estos chopos del río, que acompañan

con el sonido de sus hojas secas

el son del agua, cuando el viento sopla,

tienen en sus cortezas

grabadas iniciales que son nombres

de enamorados, cifras que son fechas

¡Álamos del amor que ayer tuvísteis

de ruiseñores vuestras ramas llenas;

álamos que seréis mañana liras

del viento perfumado en primavera;

álamos del amor cerca del agua

que corre y pasa y sueña,

álamos de las márgenes del Duero,

conmigo vais, mi corazón os lleva!

Antonio Machado