lunes, 28 de julio de 2014

De Águilas a Asturias en vespa: IV Desafío Lagos de Covadonga 2014. 5ª Etapa, Cangas de Onís-Ribadesella

Con esta crónica queremos compartir nuestra experiencia con los amantes de los viajes en vespa. En esta ocasión hemos recorrido 2.953 kms (ida y vuelta), partiendo de Águilas ( Murcia) hasta Ribadesella (Asturias), atravesando Albacete, Ciudad Real, Ávila, Toledo, Salamanca, Zamora, León, Cantabria y Asturias donde durante tres días realizamos nuestra particular “Travespera” por los Picos de Europa. Llegamos a Ribadesella el jueves 3 de julio para participar los días 4 y 5 en el IV Desafío Subida a los Lagos de Covadonga que, un año más, organizó el Vespa Club de Asturias. El domingo 6 de julio iniciamos la vuelta a Águilas, que transcurrió por las provincias de Asturias, Palencia, Burgos, Soria, Cuenca, Albacete y Murcia.   

5ª Etapa, Cangas de Onís-Ribadesella

Ante la imposibilidad de asistir en septiembre pasado a La Travespera en su 1ª edición, decidimos hacer el mismo recorrido en tres jornadas por los bonitos parajes de los Picos de Europa, aprovechando nuestra subida a Asturias para participar en el IV Desafío Lagos de Covadonga, como ya hemos explicado en capítulos anteriores. A continuación os relatamos cómo vivimos tan espectacular ruta.

Atrás dejamos Cangas de Onís, despidiéndonos de su puente romano a las 8.30 horas del día 1 de julio, martes. Nuestro primer destino sería Posada de Valdeón, en la zona leonesa de los Picos de Europa. Por la N-625 emprendimos la excursión, deteniéndonos en multitud de ocasiones para contemplar tan magnífico entorno natural, teniendo en cuenta que a las gentes del sur, como es nuestro caso, el agua, el verdor y las montañas nos atraen de manera muy especial.

A muy pocos kilómetros de Cangas nos esperaba el Desfiladero de Los Beyos, el más bello entre los bellos. Es un espectáculo para los sentidos poder admirar sus escarpadas cumbres calizas por donde discurre el río Sella entre laureles, madroños, avellanos, hayas... En primer lugar nos detuvimos en el cruce de Beleño, en el Parque Natural de Ponga, y un poco más adelante en Puente Vidosa. 


Salida de Cangas de Onís
Desfiladero de Los Beyos, cruce de Beleño
Río Sella a su paso por Los Beyos
Puente Vidosa
Vista desde Puente Vidosa
Imagen de la Santina en la roca

Muy pronto llegamos a Oseja de Sajambre donde sus miradores nos ofrecieron unas espléndidas vistas del valle. Después de algunos paréntesis fotográficos ascendimos al Puerto del Pontón con sus 1.290 metros de altitud. Parada obligada y vuelta al camino por la L-244 en dirección Posada de Valdeón, primera meta de nuestra particular Travespera. Antes atravesamos el Puerto de Panderruedas (1.450 mts), alcanzando nuestro destino a las 11 de la mañana.
                                             
Oseja de Sajambre
Panorámica del valle en Oseja de Sajambre


Una vez allí, nos instalamos en el Hotel Cumbres de Valdeón. Ni que decir tiene que de inmediato nos dirigimos a Caín, tan solo a 9 kms de Posada. En ese corto trecho nos detuvimos en el Mirador de El Tombo, coronado por un rebeco de metal que se ha convertido en el símbolo del valle. En ese lugar nos hacía especial ilusión tomar unas fotos. Rápidamente entramos en Caín con la intención de caminar un buen rato a través de la Ruta del Cares en dirección Poncebos. Una hora de caminata nos bastó para comprender por qué es la senda más transitada y fotografiada de España y de Europa. Realmente es de una belleza espectacular, que bien merece el calificativo de “Garganta Divina”. De repente el día se tornó lluvioso y, aprovechando que era la hora de comer, nos cobijamos en un restaurante del lugar. Como menú, nada más oportuno que fabes y pote asturiano con sus corresponientes culines de sidrina para entonar los cuerpos. Tras el almuerzo, aún lloviendo, partimos de Caín para descansar en el hotel, visitando antes el Chorco de los Lobos.
Hotel Cumbres de Valdeón
En el Mirador del Tombo
Parada cervecera en Caín
Ruta del Cares
En la senda del Cares
Ruta del Cares en dirección Poncebos 
Inicio Ruta del Cares
Río Cares
En Caín: Pote asturiano y fabes
¿Qué tal unas sidrinas?

Chorco de los Lobos
Entre Caín y Posada



Centro de Posada de Valdeón
Hórreo en Posada de Valdeón
Al día siguiente, 2 de julio, llegó la hora de abandonar Posada y así lo hicimos a las 9 de la mañana en dirección a Potes con un “temporal de perros”. Ya se preveía un viaje “movidito” cuando cogimos la N-621en Portilla de la Reina. La mayor dificultad de este corto tramo (57 kms aproximadamente) la encontramos durante la subida al Puerto de San Glorio (1.609 mts) en unas condiciones climatológicas muy adversas; de tal manera que la espesa niebla, el fuerte viento, el frío (6º) y  la lluvia se aliaron, anulando por completo nuestras felices expectativas de disfrutar del paisaje y hacer una paradita en el Collado de Llesba. Por suerte llegamos a Potes a las 11 de la mañana sin ningún contratiempo, aunque hay que reconocer que una vez allí nos quedamos en la gloria, nunca mejor dicho. El Hotel Casa Cayo de la pintoresca ciudad cántabra fue el lugar elegido para pasar la noche y la elección resultó ser todo un descubrimiento, tanto por el trato amable de su personal como por sus instalaciones y la buena cocina de su restaurante; en general muy recomendable. Desde aquí muchísimas gracias por todo. Las pocas horas que pasamos en Potes, villa de los puentes y de las torres, las aprovechamos para explorar sus antiguos barrios cargados de encanto y sabor popular y, cómo no, para pasear por la ribera del río y acercarnos hasta el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. En el aspecto gastronómico nos decantamos por saborear un buen cocido lebaniego, que en Casa Cayo está para chuparse los dedos. Nuestra estancia allí nos supo a poco y volveremos, seguro, más pronto que tarde. 
¡Cuidado con les vaques!

Puente sobre el río Esla o Yuso en Portilla de la Reina

¡Menudo tiempecito!
Parada fotográfica descendiendo de San Glorio
Monasterio de Santo Toribio de Liébana     
Potes
Torre del Infantado

De paseo por la vereda del río en Potes 
Cocido lebaniego en Casa Cayo
En la mañana del 3 de julio, jueves, a las 9 horas llegó  el momento de partir. Justo en la puerta del hotel, cuando nos disponíamos a salir con destino a Ribadesella, unos “paisanos” moteros de Liverpool -Harry y Alan- se dirigieron a nosotros con mucha curiosidad. No podían creer que con una vespa de 125 nos atreviéramos a tanto. Nosotros chapurreando inglés y ellos chapurreando español llegamos a “entendernos”, y tras inmortalizar el fortuito encuentro con una foto we said bye bye... ¿Qué cosas, no? ¡Resultaron ser de la misma ciudad donde nacieron The Beatles! Anécdota aparte y vuelta al camino en dirección Panes por el bello paraje del Desfiladero de la Hermida. 
Nuestros amigos de Liverpool, Harry y Alan, nos despiden en Potes

Desfiladero de La Hermida
En ruta por La Hermida
En Panes desayunamos y continuamos tranquilamente la ruta hacia Arenas de Cabrales, Cabrales..., donde, por cierto, el sol hizo acto de presencia, propiciando que disfrutáramos plenamente del espectacular tramo de carretera que transcurre junto al río Cares a su paso por estas localidades tan famosas por sus quesos. Una vez allí decidimos desviarnos para conocer Bulnes y Poncebos.    


Mirador sobre el río Cares

Bulnes
Cascada en Poncebos. Agua que no has de beber...
De Poncebos a Cabrales
Tras esta breve pero intensa excursión partimos de nuevo. Llegando la hora de reponer fuerzas, sobre las 14:15, paramos a comer entre Cangas y Arriondas con una agradable temperatura de 25º. Una hora más tarde alcanzamos nuestro destino: Ribadesella. Allí nos alojamos durante tres noches en el Gran Hotel del Sella. El citado hotel de 4* está situado a orillas de la playa de Santa Marina, con unas impresionantes vistas sobre la desembocadura del río Sella.
Preparando la comida entre Cangas y Arriondas
Área de descanso entre Cangas y Arriondas

Vista de Ribadesella desde el hotel
Paseo junto a la playa de Santa Marina (Ribadesella)
Puente sobre la desembocadura del Sella
Ría de Ribadesella

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